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El consumismo es una maquinaria voraz que en los ultimos años ha doblegado la voluntad humana de tomar decisiones conscientes e inteligentes basado en situaciones razonables.

El consumo es necesario para vivir, pero el afan de tener y comprar todo lo que nos antoja, trastoca, ese principio basico de suplir necesidades, por satisfacer deseos.

El consumo nos transforma en personas automatas, sin capacidad de reflexion, con una conciecia casi inexistente, aca todo lo que deseamos, nos conviene, lo necesitamos, realmente no hace bien ser un objeto del mercado.

El nivel de endeudamiento por la practica del consumismo es cada vez mas alto,  gracias que el sistema economico permite que las personas tengan al alcance una serie de bienes y servicios para el consumo, desde lo más básico, como alimentos o prendas de vestir, hasta lo más extraño, como gorras que pueden sujetar latas de refrescos.

El modelo de bienestar de la sociedad actual se basa en la posesión y acumulación de bienes, lo cual sirve de justificación para que prolifere el consumismo entre las personas. Si el objetivo de la vida es tener muchas cosas, la principal actividad que se ve beneficiada es, lógicamente, el consumo.

La cultura, la television y la teconologia marca las tendencia en la moda, en tecnologia y en las cosas que se deben adquirir de acuerdo a las estereotipos del mercado, el consumo como tal no es malo, ya que necesitamos satisfacer necesidades basicas, pero cuando abusamos de esa facultad, perdemos de vista lo necesario para obtener lo superfluo y ostentonso.

Lo curioso es que, en el afán de distinguirse de los demás mediante la compra de objetos y productos aparentemente únicos, las personas, en esta sociedad actual, caen en la paradójica situación de que cada vez son más parecidas entre sí.

Con el consumo de masas desenfrenado se avanza hacia una progresiva pérdida de identidad personal, ya que los ciudadanos (que en realidad ya no son ‘personas’, sino ‘consumidores’) responden ante modelos de consumo idealizados mediante las efectivas técnicas de marketing. Es decir, hay un gran número de personas que consumen sintiéndose especiales y que realmente forman parte de un mismo grupo social, en el que todos los individuos tienen un comportamiento y una cultura similar.

Lo importante es que valoremos de acuerdos a nuestras capacidades y posibilidades un ejercicio optimo y oportuno del consumo para no agitarnos a un convulsionado consumismo.