Te recordé en aquella avenida,
vendiendo tu cuerpo,
encendielo un cigarro al olvido
trasnochando los sueños en aquel motel,
lleno de cenizas y nostalgias.
Tu escote lleno de caricias,
tu maquillaje desbordando tus mejillas,
especulando cualquer sabor,
y tus besos no son de un solo hombre,
ni tu sexo, es de un solo universo
con el que deseas,
que tu libertad no tenga precio.
Litzardo Rivas
Uhhh, que maravilloso. Bonito homenaje a una mujer de la vida \»alegre\», que de hecho es la vida más triste que pueda existir (al menos, eso dicen algunas de ellas)
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